Normal
0
21
false
false
false
ES-CL
X-NONE
X-NONE
/* Style Definitions */
table.MsoNormalTable
{mso-style-name:»Table Normal»;
mso-tstyle-rowband-size:0;
mso-tstyle-colband-size:0;
mso-style-noshow:yes;
mso-style-priority:99;
mso-style-parent:»»;
mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt;
mso-para-margin-top:0cm;
mso-para-margin-right:0cm;
mso-para-margin-bottom:10.0pt;
mso-para-margin-left:0cm;
line-height:115%;
mso-pagination:widow-orphan;
font-size:11.0pt;
font-family:»Calibri»,»sans-serif»;
mso-ascii-font-family:Calibri;
mso-ascii-theme-font:minor-latin;
mso-hansi-font-family:Calibri;
mso-hansi-theme-font:minor-latin;
mso-fareast-language:EN-US;}
LOS TRES AMIGOS DEL APOCALIPSIS
Tres amigos, sentados en el centro del salón, escuchando/procesando/captando. Luego, volcar tinta sobre la virginidad del papel blanco. Conectarnos de forma inmediata a cerebros ensangrentados de ideas retorcidas. Uno de nosotros se encargara de la introducción, el siguiente del desenlace, el ultimo del final. Nunca, entrar en pánico por no saber qué es lo que el otro está escribiendo/pensando/recibiendo. Mesas de reptiles sedientos, apropiándose palabras ahorcadas en saliva espesa y nauseabunda.
Dejando que la primera hora llegue a su fin, sin abrir la boca en ningún momento, ocupando lentes oscuros para no tener contacto visual. Lo único que ha nuestro cuerpo se le tiene permitido mecánicamente es el levantamiento del vidrio hacia el orificio que exprime el sonido en palabras, esas palabra que decidimos profundamente evacuar de nuestro lenguaje. Hacer telepatía sin saber cómo hacer telepatía, es la clave de nuestro éxito.
En poco tiempo entro en pánico, decido agudizar mis sentidos. Me dirijo al baño para cometer crímenes justificados a mi cuerpo, el entiende cómo funciona todo esto por lo tanto permite la entrada a cualquier sustancia que yo le entregue. Amigos desde la infancia, carne de mi carne.
Vuelvo y ellos ya se encuentran sumergidos sobre el papel. Empiezo a sudar gris a derramar copas de mesas continuas, veo esos rostros enfadados. He cambiado el transcurso de la historia. Momentos delirantes para gente impaciente de volver a sus encierros. Colores ebrios sobre incendios resquebrajados. Veo el humo en sus labios. Tomo a la tinta sobre el papel y empiezo a darle forma a toda clase de conversaciones carcomidas en imágenes inconexas.
Mi trabajo, hacer la introducción, lograr captar la historia detrás de todas esas otras historias, abalanzarme sobre el término de cada conversación y retorcerla/exprimirla hasta que todo cobre un sentido. Luego tomar ese sentido para hacer la hermandad con los otros dos sentidos. Tenemos una hora de segundos llenos de pánico he intoxicaciones varias. Mi sudor ha pasado del color gris al purpura, es una excelente señal para entrar en la atmosfera necesaria de este sin fin de preguntas y respuestas. Águilas sobre mi cabeza, galopando, arrancando rostros de esta gente. Uno de ellos sonríe, debo apurarme. La hora avanza sin compasión desde un rincón a otro. Rebotan esquinas de mesas invisibles chocando al aire y todas sus variantes posibles de aire. Incluyéndome de toda catástrofe, entre, melancolía/risas/degradación y sensualidad.
Las inquietantes sirenas de la calle, dando paso a muertes accidentales se muestran a sí mismas como retorcidas afirmaciones de la realidad.
Encarando a la hora de mi brazo izquierdo. Deslizando al sudor de mi frente por la piel. Adormeciendo calambres con golpes ninjas de reflejos evaporados por ventiladores en estado pasivo que no desean cumplir su función de alimentar y desmentir toda clase de paradojas ancestrales. El efecto de algunas sustancia haciendo su trabajo en el sistema desactualizado nervioso.
Levanto la mirada en dirección a mis compañeros, y veo como el “final”, tomando su pluma, abre la tapa del compartimiento secreto para acercarla a las grietas impecables de su nariz, y una y dos y tres veces más absorbe todo esos nutrientes para introducirse al cerebro masculino imperfecto. Por el otro lado el “desenlace” no se queda atrás. Los tres sabemos que quedan solo diez minutos para el término de la hora y es aquí y ahora donde la voluntad de poder tiene que explotar en millones/infinitas/ partículas dejando muestra entre portales sin cerrar sin divisiones de sentidos, todos para uno y uno para todos. Electrifiquemos al ambiente de vibraciones voluminosas que no desean el perdón en el interior de galletas de fortuna. Insectos que volátilmente se alimentan de nuestra sangre.
El lápiz/pluma cae de la mesa, para dar a las piernas de mujeres semidesnudas, lo vuelvo a mis manos no sin antes dar miradas para el recuerdo/inspiración.
Golpes de piernas bajo la mesa, asaltos varios sobre el mantel de manchas inexplicables, cables dando vuelta en sentido contrario, motores rugiendo a toda velocidad en la carretera, historias de gente muerta que fueron revividas para contar sus experiencias a través de la ouija, demonios que con sus palabras adentran a todo sentido al pecado divino. Esposas dejando a sus hijas tener sexo con árboles. Esposos dejando a sus hijos tener sexo con plantas. La gente hablando a mis espaldas, la gente hablando en frecuencias que una radio ordinaria no podría descifrar. Clave morse para quien desee verse virgen nuevamente. Sabanas de blanca textura pintadas en menstruación digital. La edad de piedra en nociones sobre lo que está bien y lo que está mal. Toda esta información me llega desde el entorno para apoderarse de mí. No dejar rastro de toda evidencia que pueda incriminar al escritor. Saltos de canguros mal humorados golpeando ventanas y rompiendo cacetas telefónicas. La necesidad de comunicarse. Parientes en todo el mundo digeridos por la carne fresca de un mundo en agonía.
El encierro es inminente, solo quince segundos para el término de esta historia y los tres sudando tinta para lograr la conexión final a toda esta catástrofe viral. Cinco/cuatro/tres/dos/uno/…, el sonido de un corazón apagándose y al final del túnel, los tres amigos del apocalipsis recitando plegarias para volver a entrar en sus vidas, pero es muy tarde, ahora, pertenecemos a todos los demás, dejando atrás, todo de nosotros mismos.
por: sir_red
Deja un comentario