Me muestro seguro ante todos y estoy seguro de nada….
Me atrevo a escribir estas líneas sin ninguna intención clara, solo siento un impulso extraño
y visceral de crear algo, de decir algo, de sacar algo que ocupa un espacio muy dentro y que quiero vaciar.
Entiendo a cualquier escritor o lector que pueda sentirse ofendido con estas líneas; porque no, evidentemente no soy escritor,
y aprovechando la palabra «evidente» voy a canalizar esta ira y tristeza, esta fuerza y esgonce que conviven como oxímoron
en un lugar que aún no encuentro pero que definitivamente está dentro y que tal vez constantemente cambie… tal vez
por eso no lo puedo localizar.
Como todos los males este tiene un origen, y unos protagonistas… pero no son tangibles, mas sí reales… tal vez ese sea uno de los orígenes del problema, no sé.
El asunto va más allá de un simple despecho o una nostalgia, tiene que ver con un todo, con un astuto plan, que viniera fracasando desde mucho tiempo atrás
y amenazara con perdurar hasta el final. Es bochornoso reconocérmelo, aceptar esta sensación de fracaso (y la llamo sensación para evadir la realidad) es más bien un
reto personal, es un intento de encontrar una solución a un problema astrofísico o a una ecuación diferencial. no es que no tenga solución, pero solo unos pocos
privilegiados pueden abordar ese tipo de asuntos y tener éxito. Resulta que me encontré en un momento de mi vida dando clases de neurocirugía sin saber dónde queda el
cerebro. No hay problema, el delirio no requiere medicina o cura mientras no dañe a nadie… El asunto es: lo que dices saber y no sabes genera un peso más allá de lo
que Jesús cargó con la cruz y mira que era de los más fuertes. Los asuntos pendientes son de esas cosas que es mejor no acumular…. en fin… una infancia
difícil pero no lo suficiente como para llevarme al extremo, una adolescencia solitaria pero no lo suficiente como para florecer algún talento importante, una madurez
bastante acompañada enfocada más en el número de personas que en la calidad de la compañía y ahora una adultez llena de extrañas asociaciones no menos numerosas que
la madurez; posiblemente de mayor calidad, pero lo realmente extraño es esa sensación renovada de adolescencia, como volver a la crisis, pero sin volver… algún tipo
de de ja vu… o como lo escriban en francés-
Desvaríos Excelsos…. lo de excelsos tiene que ver con una especie de placer malsano que generan esos desvaríos, no son como los que mortifican, son más bien
románticos, de los que apagando la luz y cerrando los ojos te permiten trasladarte a lugares especiales de donde nunca quisiste irte y donde tal vez nunca estuviste
cuando debiste… tal vez igual que en el aquí y ahora… tal vez el mismo error. Ahora mismo solo puedo pensar en comida; ¿qué loco verdad? ese es otro de los síntomas
y uno de los que me causa más pesar, porque mientras otros sufren por no tener que comer, yo padezco poder hacerlo. Hay algo que he intentado aceptar, cada quien
padece alguna indiferencia, cada quien padece alguna inconformidad, o algún tipo de vacío… pero pocos atrevidos lo aceptan y muchos menos se atreven a mostrarlo.
Yo mismo soy alguno de esos desafortunados arrogantes, autosuficientes e independientes fracasados… y el fracaso lo menciono como un algo simple, sin prejuicios…
sin decidir si es algo bueno o malo… por ese placer mal sano que mencioné. Hay personas que quisiera tener tan cerca, que siento que desaproveché en su momento,
no por dejadez, más bien por incompetente, por falta de habilidad, de guiatura y de talento… tal vez estarían aquí o tal vez yo estaría allá… pero ¿qué digo?
ni siquiera he tenido la delicadeza de presentar a esas personas… y justamente ese es el problema, que ni yo mismo las conozco… ni yo mismo puedo decidir quienes
son, tal vez justamente de eso se trate el asunto, por no llamarlo problema… tal vez eso que se mueve no sea un algo sino un alguien… tal vez ese lugar no sea un
lugar, tal vez sea otro alguien que mueve otra fibra. Llegado a este punto no tengo mucho más que ofrecer por ahora, solo mucho vacío, mucha incertidumbre y mucha
inseguridad, de la que solo puedo confesar y mostrar aquí y en ningún otro aspecto o lugar; no cuando tanto depende de ti, cuando tantos han confiado en tu seguridad,
cuando le brindas fortaleza a tantos que no tienen otra fuente… no cuando sabes lo que es no tener de donde apoyarte para seguir avanzando, sería como dejarlos en tu
misma desventaja, sería como crear más como tu… ¿quién motiva al motivador? sabia pregunta con una respuesta para mi obvia, pero poco astuta y poco esclarecedora…
dichos «alguien» que son reales, pero no tangibles, una vez fueron esa motivación. y ahora en una búsqueda interminable solo resultan incompatibles al tratar de
encajarlos, sí, eso es… El comparador lógico (que es como una brújula interna) funcionando en piloto automático, compara un personaje a la vez sin lograr encontrar
coincidencia que permita reavivar la motivación y la seguridad… creo que me ha tomado pocas líneas dar con una explicación… te agradezco haber existido, tal vez
solo en mi mente, tal vez solo los minutos que me tomó llegar a esta conclusión que es más bien como un eureka!! Necesito un nuevo rehén de mis pensamientos, una
motivación interna que venga desde afuera… si, así mismo. porque lo digo yo, aunque tú no estés de acuerdo… Tal vez la misma inyección con la misma droga, tal vez
más de lo mismo… tal vez tenga que volver a ti para retomar esta barbaridad de escrito tan desagradable, no importa, estoy dispuesto a escuchar ese «te lo dije» que
tanto ansiarás escupirme; no es una declaración, pero basado en el historial sabes que será casi un hecho. ¿Y sino cual es la respuesta? ojalá cuando vuelva ya tengas
una preparada, porque si ahorita la necesito, definitivamente en ese futuro incierto será trascendental, porque tendré menos tiempo y más angustia, tendré más adicción,
tal vez ni consiga ese nuevo alguien, tal vez supere el síndrome de abstinencia y te tragues tus palabras… ¿Nos volveremos a ver?
Anónimo.
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