Era una soleada tarde en una humilde y pobre ciudad , en una esquina se albergan 3 vagabundos en un parque que gracias al destino se hicieron buenos amigos.
Allí estaban con un cartel en el que mendigaban por dinero, la gente los miraba con indiferencia y con la certeza de que lo gastarían en drogas. Entre la poca gente que le daba dinero siempre había un humilde niño que lo hacía de camino a la escuela, era bajo, moreno y siempre andaba descalzo , su padre lo retaba por esto diciéndole que no lo gastarán en cosas de bien y solo le haría más daño, sin embargo el niño creía que ellos necesitaban el dinero más que él. Los tres vagabundos siempre veían esa discusión entre el padre y les causaba gracia.
Los compañeros del niño siempre se juntaban a jugar a la pelota en un parque donde estaban estos vagabundos, normalmente los miraban con desprecio. Los compañeros no dejaban jugar al niño ya que este no tenía zapatillas, pero no le importaba y siempre estaba a un lado mirando.
El niño seguía pasando y dando dinero a los vagabundos de camino a los vagabundos de camino a la escuela pero se dio cuenta que se veían más deteriorados que antes, le preguntó a su padre porqué estaban así y el le dijo que era porque se drogaban gracias al dinero que él le daba.
Al día siguiente pasó otra vez con su padre, y vio a un solo vagabundo le preguntó que había pasado con los otros dos, a lo que este respondió que habían ido de viaje y entrecruzó miradas con el padre del niño, el niño muy feliz le dio todo el dinero que tenía y le dijo que esperaba que se fuera de viaje con ellos el padre tomó al niño y se lo llevó enojado por su ingenuidad.
Pasó otro día y el padre del niño sospechaba de por qué iba tan feliz hacía el colegio y le preguntó, este dijo que no era por nada mientras sonreía con las manos en en los bolsillos cuando pasaron por la calle del vagabundo el padre lo tomó y le dijo que se sacara la manos de los bolsillos, este se negó pero terminó por hacerlo y varias monedas cayeron al suelo, el padre enojado le explicó que los vagabundos no eran gente de bien pero el niño tomó las monedas del suelo y corrió el padre lo siguió y llegaron hacia el parque donde estaban estos vagabundos y se encontraron con que no había nadie, solo una carta que decía «Hola sé que eres tú lo siento por ya no estar, tuve que irme, en el lugar donde estoy por fin estaré con mis amigos, eres un muy buen niño espero nunca cambies tu manera de ver la vida, antes de irme tenía que darte un regalo, se que no es lo mejor pero es con mucho cariño» el niño al mirar hacia abajo se encontró con unas zapatillas, el niño se las puso, le quedaban un poco grandes pero no le importaba. El padre entre lágrimas abrazó a su hijo diciéndole que jamás dejara de ser tan bueno.
FIN
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