Ella vagaba sola en aquel lugar, que le resultaba tan atractivo como inhóspito, entre alaridos de gatas en celo y compases de salsa interferidos por algúna conversación inapropiada, ella se sentía segura, porque ella siempre se sentía segura, a las doce del mediodía comprando el pan con su madre o al amanecer, en una calle […]