DOMINGO Amanecí boca abajo, tal cual me tiré anoche en la cama, con la misma ropa y sin desmaquillar. La sábana blanca que recubría la almohada, parecía un lienzo donde hubieran pegado cuatro brochazos negros y unos tantos rojos. -Mierda, ¿en qué momento volví a pintarme los labios? El reflujo con sabor a […]