Me llamo Carlos, en la actualidad tengo 35 años para cumplir este año 36. Mido 1,91. Este es mi primer relato y se desarrolla hace unos años, cuando era bastante más joven. En aquella época media 1,70 ya y era todo complejos. Todos mis amigos a mi lado eran bajitos. Mis padres para que no me quedara desgarbado me obligaban a hacer mucho deporte, cosa que hasta la fecha sigo haciendo.
Vivía en un buen barrio de Madrid e iba a un colegio de curas. Tenía varios amigos, pero con el que más andaba era con Oscar, no porque fuéramos íntimos amigos, sino porque sus padres y los míos eran muy amigos.
La familia de Oscar estaba compuesta por el padre que tenía la doble nacionalidad ya que era de otro país, más bien bajito y bastante feo, tenía pinta de ser bastante mayor que la mujer. Luego estaba la madre que se llamaba Elisa, una mujer escultural y más o menos de mi altura, la diferencia con el marido era notable, guapísima, nos embelesaba a todos los chavales en aquella época, rubia, buen pecho y extraordinario culo. Luego estaban Oscar y Malena, eran mellizos pero el salió más al padre que a la madre, Malena estaba muy bien, pero, aunque me llamaba la atención yo a ella no, le gustaban de otros cursos más adelantados.
Yo iba mucho a casa de Oscar, pero nunca vi a su madre descuidada en el vestir, siempre que visitaba su casa me imagina que podría ver algo, pero nada de nada.
Mis complejos además de por mi altura, era por el desarrollo que tenía, mientras a algunos de mis amigos le salía pelusilla por la cara, a mí era pelos ya duros. Cuando nos cambiábamos para el deporte y nos duchábamos, había cachondeo por el tamaño de mi pene.
En una comida de las familias se pusieron pesados los padres de Oscar para que ese verano me fuera con ellos de vacaciones a un chalet que tenían en la provincia de Valencia. Como ese verano por una remodelación y ampliación del negocio de mis padres, no tendríamos vacaciones, mis padres dijeron que si, que me vendría bien y yo no quería. Cuando estuve a solas con mis padres se lo dije, me dijeron que si a las dos semanas no estaba a gusto que llamara y me irían a recoger.
Llego el verano y partimos para Valencia. El viaje fue un poco pesado pero el padre de Oscar trato de hacerlo ameno y en algunos momentos lo logro. Elisa apenas hablo y se la veía muy seria. Estaba loca por verla en bañador, bikini…
Llegamos al pueblo que íbamos, lo atravesamos y llegamos a una zona de chalets, nos metimos en uno que me dejo asombrado menudo chalet. Había un hombre mayor, que nos recibió y les explico que estaba todo perfecto. Mientras los padres hablaban Malena, Oscar y yo entramos a la casa. Malena se fue para una habitación, Oscar me dijo que le acompañara y entramos en una habitación que se veía que era la suya y me dijo esa cama es la tuya. Me enseñó el resto de la casa, la piscina y el campo con árboles frutales, todo muy bonito, pero algo me decía que sería muy aburrido todo.
No sabía porque, pero los primeros días Elisa ni paso por la piscina. Hasta que un día estando en el agua, al ponerme en el borde, vi venir a Elisa y casi se me sale el corazón por la boca, que mujerona, venia en bikini, no sé qué me entro por el cuerpo, pero no lo pude evitar, menos mal que estaba dentro del agua y no se veía la que se formó debajo de mi bañador. Dejo varias cosas que llevaba en una tumbona y sin pensárselo se tiró al agua. Yo ni me moví, no quería darme la vuelta y seguí apoyado sobre el borde de la piscina. Oscar fue al único que se le oyó hablar, diciéndole a su madre que salto más bueno.
Se vino para nuestra zona que no cubría mucho. Y según se acercaba se veía mejor la parte de arriba del bikini, que se medió transparentaba, viéndose un par de tetas inmensas y con dos bultos que parecían que se salían.
La madre hablaba con nosotros y yo era incapaz de hablar ni de mirar. En un descuido me salí de la piscina y me tumbé boca abajo al sol. Oscar llevaba un bañador pequeño tipo bóxer y yo llevaba unos playeros grandes, no tipo bermudas, pero unos grandes y holgados.
La madre cuando estábamos todos fuera me dijo que ese bañador para un chico joven era muy feo, yo para salir del paso le dije que me gustaban porque eran cómodos. Y Oscar hizo un chiste diciendo que no podía llevar pequeños, le mire fijamente se cortó y no continuo.
Yo trataba de no mirar a la madre, pero mis ojos se iban a ella. Me pillo varias veces mirando. Así que dije que ya estaba bien por hoy, que me iba a cambiar. Me fui para la habitación y después de ducharme, pensando que estaba solo y con mi polla morcillona, entro Oscar y me dijo vaya exageración, eso no es normal. Yo me mosquee. Me pidió disculpas, pero se aceleraba las ganas de irme para Madrid.
Oscar me comento que ahora su madre estaría contenta porque cuando viera que nos íbamos seguro que se ponía en top les, que siempre lo hacía, pero como yo estaba ese año…
Dijimos de ir a dar una vuelta al pueblo, Oscar dijo que se vestía en un momento, aproveche para ir a otro sitio y poder ver la piscina, efectivamente estaba en top les, que barbaridad. La mujer tan seria, discreta y distante hay estaba en tetas, que maravilla.
Después de ver eso era raro el día que no me hacia una paja pensando en ella. El padre de Oscar estaba todo el día por ahí, con los amigos del pueblo y de otros chalets.
La madre vestía con blusas largas, que dejaban poco a la imaginación, yo no paraba de mirar. Estaba cardiaco. Y tenía en aquel entonces que ella se daba cuenta, pero yo me decía que no.
Como muchas mañanas entro Elisa a la habitación, subió la persiana nos destapo y diciéndonos “vagos” “dormilones” arriba, pero ese día estaba yo con una tienda de campaña brutal, cuando me quise dar cuenta vi a ella mirando hacia mi paquete, cambiando la voz y diciéndonos venga arriba. Yo me que cortado.
Paso una semana y ella estuvo muy distante conmigo, yo le dije a Oscar que llamaría a mis padres para regresar a Madrid. Estando Malena, Oscar y yo en la piscina paso el padre nos dijo que se iba al pueblo despidiéndose y diciéndonos que lo pasáramos bien. A los 10 minutos oigo a Elisa que dice ¿Carlos puedes venir un momento? Salgo del agua y me dirijo para la casa. Estaba ella en bikini y yo con una toalla. Me dice que le ha dicho Oscar que me quiero ir a Madrid, la digo que sí y me pregunta por qué. Lógicamente yo solo dije porque si, sin decir la verdad.
Me dijo que no la mintiera, yo pensé me ha pillado, seguro que tienes una novieta esperándote y yo inocentemente de mí, sin pensarlo la dije que no tenía ninguna novieta. Había tenido algún rollito con alguna chica, pero poco más, un beso un toqueteo y cuando me empalmaba salían corriendo asustadas. Ese era uno de mis grandes complejos.
Ella me dijo pues con el hombretón que estas hecho, es raro que no tengas novia, yo no decía ya ninguna palabra, evitaba también mirar a la parte de arriba de su bikini. Pero seguro que hay alguna chiquilla con la que haces cosas, yo me puse rojo como un tomate y no sabía a donde llevaba todo eso.
Pero de pronto no sé porque me envalentone y cuando iba a hablar, ella se acercó y no dejándome hablar, me metió la lengua hasta el fondo y yo solo me dejaba hacer. Perdona, pero no me he podido aguantar, no sé qué me paso, me comentó, si quieres lo dejamos, repitiendo no sé qué me ha pasado.
No sé porque, pero la dije que yo estaba encantado y que no me había molestado y entonces me dijo pues cállate y sígueme en silencio. Pasó por la puerta y puso el cierre.
Me quede parado, estaba excitado por lo que podía pasar, pero al mismo tiempo acojonado por meter la pata, por fallar.
Elisa se debió de dar cuenta de mi estado, de mi timidez, de mi excitación. Se acercó a mí y me empezó a besar dulcemente, en la boca, por el cuello. Empezó a besarme los pezones y yo empecé a acariciarla, a tocar sus esplendidas tetas por encima de su bikini a devolverle los besos a intentar quitarle la parte de arriba del bikini, que sujetaban dos estupendas tetas y que apenas podía contenerlas.
Seguimos besándonos y ella acerco su mano a mi polla por encima del pantalón. Mi polla estaba toda empalmada luchando por salirse del bañador.
-¡¡¡CHIQUILLO QUE COSA TIENES AHÍ!!! Me decía, tocándola y no dejando de besarme. (Yo torpemente conseguí quitarle la parte de arriba del bikini y pude ver en todo su esplendor sus tetas, unas tetas que me parecieron espectaculares, y lo eran. Grandes con unos pezones espectacularmente grandes que estaban tiesos pues ella estaba excitada)
-Nunca has follado ¿verdad? Yo la dije moviendo la cabeza que no. Ella me dijo que me enseñaría todo.
-Qué te parece lo que ves, te gusta. (Si mucho, le decía no dejando de sobarlas)
-Ten cuidado, no seas bruto, trátalas dulcemente, bésamelas y según veas que mi respiración se acelera vas apretando más. Pasaba de una teta a otra, de un pezón al otro, ella me decía ahora si más fuerte. Yo la dije que no se preocupara, ella me dijo que no la tratara de usted, que eso fuera, que en la cama quería ser tratada como una puta.
Empecé a mordisquearlos y vi cómo se re estiraba, como se retorcía de placer. Ella me dirigía, me decía que más fuerte.
Me hizo parar y se sentó en el borde de la cama. Me empezó a besar el ombligo y alrededores y me bajó el bañador saliendo como si tuviera un resorte mi polla todo tiesa y con algo de líquido saliendo por ella.
Menudo pollón te gastas, jamás vi uno así en vivo, que maravilla. Yo la dije que se metían conmigo por eso, ella se rio dando una carcajada y me dijo con esto y con lo que yo te enseñe, serás único.
-Déjate llevar, y empezó a chuparla.
-Cuanto me gusta, que rico me sabe,
Yo tenía no podía dejar de mirar cómo se metía la polla en su boca y eso que le costaba, que hacía esfuerzos para metérsela, como me limpiaba el capullo con su lengua, como me chupaba los huevos.
-Te gusta lo que te hago, relájate.
Y tanto me relajé que no pude más y empecé a correrme en su boca que ella no apartaba. Mi leche se le salía por los lados pues, como os podéis imaginar, mi corrida era enorme.
Se levantó y se fue al baño quedándome allí de pie con la polla en retirada. Mirando su espalda y dándome cuenta del culo que escondía dentro de la braguita del bikini.
Le pedí perdón cuando volvió.
-No digas nada, me ha gustado mucho volver a saborear el semen de un hombre. No te rías si te digo que no me gustaba al principio. Ahora me vuelve loca. Cuando íbamos a continuar Malena desde fuera pedía a su madre que la abriera. Yo me fui para el baño de mi habitación y volvía a estar empalmado. La mente me daba mil vueltas. Y estaba en eso cuando oigo la puerta de la habitación abrirse y a Elisa llamándome. Salgo y me la encuentro sin nada abajo y me dice que vaya que tenemos poco tiempo, se lo que quiere y me ponga hacer lo que he oído muchas veces, pero muy torpemente, hasta que ella me dice cómo hacerlo, poco a poco me va explicando. Lo que debo y lo que no debo hacer. Cada vez la boca se me llena más de sus líquidos, su respiración se acelera, me dice… fóllame con tus dedos, pero no dejes de comerme.
Así lo hago y veo cómo se retuerce, me dice CABRON no pares, más fuerte y de pronto me agarra la cabeza y la aprieta contra ella y diciendo SIIIIIIIIIII SIIIIIIIIIIIII SIIIIIIIIIII. Se corre en mi boca y cuando voy a continuar, me dice Noooo quítate que ahora lo tengo muy sensible, se acerca y me da un besazo en la boca metiéndonos la lengua por todos los sitios.
Pasaron varios días y aprovechábamos para hacer cosas, pero sin llegar a lo que yo quería, pero lo cierto es que estaba difícil. Hasta que se presentó la ocasión. Un hermano del padre de Oscar hacia escala en Valencia, así que se irían los hijos y el padre a verlo, Elisa se quedaría porque no se llevaba muy bien con el cuñado. Elisa me dijo al oído hoy la casa para nosotros solos y me agarro el paquete.
Nada más salir por la puerta el coche y una vez cerrada, yo que empezaba a conocer su cuerpo empecé a quitarle la camisa. Cuando lo conseguí vi sus pezones bajo su sujetador y no puede evitar el mordisquearlo.
Como has aprendido, que cabrón eres. Yo seguía chupándola cuando ella empezó a quitarme el polo que llevaba.
Le quite el sujetador y seguimos metiéndonos mano y besándonos.
Poco a poco fui bajando mi mano nerviosa y empecé a acariciarle el coño por encima de los pantalones. Sigue así, mete la mano por el pantalón, no te cortes. Así, así, joder que bien.
Ella empezó a desabrocharme el pantalón sacando mi polla y se puso a pajearla. Yo no sabía qué hacer, si dejarla o seguir yo acariciándola, pues la posición en el sofá no era la más cómoda. Le deje hacer a ella.
Me miro y me dijo… no creas que no vas a seguir luego conmigo, pero ahora déjate hacer. Se levantó y se arrodillo frente a mí. Me bajo los pantalones y los calzoncillos sacándomelos totalmente y empezó a chupármela.
Yo veía su cabeza subir y bajar, con una mano se apoyaba en mi polla y con la otra me tocaba los cojones. Algunas veces le daban hasta arcadas. Yo la pregunte si estaba bien y ella me dijo que, en la gloria, que hoy iba a disfrutar de mi pollón por todos los sitios. Yo esta vez le dije que estaba a punto de correrme y ella me dijo… a qué coño esperas lléname bien la boca. Corriéndome sin parar y una vez que se lo trago todo, limpiándome con su lengua, me dijo que barbaridad la cantidad de leche que sueltas, no es normal, relamiéndose los labios sin dejar de mirarme a los ojos.
Nos fuimos para la cama y yo estaba otra vez en disposición y ella sonreía y agarrándomela decía que maravilla.
Nos tumbamos sobre la cama, besándonos tocándonos, revolcándonos, no sabía muy bien cómo seguir. Yo intenté ponerme encima para empezar a follar cuando me paró pues ella tenía claro lo que quería y tomo la iniciativa. Me decía que tranquilidad que cuantos más preliminares mejor, yo estaba loco por meterla, pero estaba claro había que hacerla caso, ella era la profesora. Pero después de llevar buen rato metiéndonos mano, perdí la noción del tiempo, ella me dijo…
Carlos no puedo aguantar más, llego la hora de follar, la hora de tu primera vez. Déjate llevar mi amor y disfrutaremos como nunca. Me tumbó, me empezó a besar y a chuparme todo el cuerpo, yo la tocaba las tetas, la acariciaba, la susurraba. Ella me la mamaba. Ella se estiro abrió un cajón de la mesilla y copio una caja de condones, pero de pronto los tiro y dijo… la quiero sentir bien.
Quédate quieto. Y se puso encima de mí.
No me lo podía creer, estaba siendo mi primera vez, tenía a toda una mujer dentro de mí. Empezó a moverse encima de mí, primero lentamente, con sus manos en mis pechos, luego más rápido, sube y baja. Me agarro mis manos y las llevo a sus tetas, lo entendí empecé a sobárselas, ella me decía así, así…
Sigue así aguanta, campeón, recuerda como aguantarte, haz lo que te dije, así, así, vamos muy bien. Ella seguía cabalgando cada vez más rápido, la respiración acelerada a tope, de pronto me dijo cómeme las tetas, lo empecé a hacer y noté como se contraía su coño apretando mi polla, ella gritando más que ningún día, solo decía córrete, lléname, dame más fuerte, empecé a moverme más rápido y ella sin yo esperarlo se volvió a correr ya no pude más exploté dentro de ella, con una gran corrida.
Ella sin sacársela se dejó caer sobre mi pecho y me dijo vaya dos corridas he tenido. Gracias, gracias… Se echó a mi lado y nos abrazamos. Así estuvimos sin hablar durante un buen rato, en ocasiones con los ojos cerrado, en otras mirándonos, acariciándonos.
Ella se levantó y dijo que ahora venía, se fue al servicio, salió luego de la habitación y trajo agua fresquita. Bebimos y después de hablar un poco y mientras lo hacíamos ella no paraba de tocarme, poco a poco de nuevo estaba empalmado y ella solo decía sonriendo mirándome a los ojos, que maravilla. Agachándose y poniéndose a mamármela de nuevo, se fue colocando hasta que estábamos en un fabuloso 69, que yo nunca hice. Mientras lo hacia ella me dijo que la follara el culito, me quede un poco cortado y me dijo así, se metió mi polla en la boca y seguido empezó a acariciarme mi culito, haciendo yo lo mismo que ella.
Ella se corrió rápido en mi boca. Se quitó y me dijo ahora te enseñare otra cosa…
Saco un preservativo de los de antes. Yo, aunque los había visto, debo confesar pasado los años que no sabía cómo ponerlo, no dejaba de ser mi primera vez y esas cosas no se enseñaban en los colegios de curas. Ella lo abrió con cuidado y me lo puso. Y me dijo ahora me vas a follar el culito, no te preocupes que yo te enseñare, aunque lo tendrás que hacer con cuidado que jamás nada así me entro. Pero no te preocupes que el preservativo va lubricado.
Yo estaba preparado para hacer lo que ella dijese, cuando se levanta se va de la cama, se apoya en un mueble con un gran espejo, pone su culo en pompa y me dice a que espero. Me levanto me acerco y cuando estoy detrás de ella, agarra mi polla y la coloca en la entrada de su culito, empiezo a empujar poco a poco, ella resopla una vez que entra la cabezota, ella ya la suelta, se apoya bien en el mueble y me dice que no me pare que siga, una vez que llega al fondo, ella me dice que no me mueva. Yo noto toda mi polla como aprisionada como si fuera a estallar.
Noto como ella poco a poco empieza a menear ese fabuloso culo, mira al espejo, la veo una mirada como perversa, me dice que la hable y la de fuerte. Me provoca, ya se la meto y se la saco en plan salvaje, ella además de no protestar solo dice que SIIII MAS FUERTE MAS DURO…. Hasta que se corre dándome unos culazos metiéndosela más aún si es que se puede.
Ella nota que yo voy estando a punto, se saca de pronto se pone de rodillas me quita el condón y me dice que me corra en su boca, se la vuelvo a llenar y ella se lo traga todo. Se nos hizo tardísimo, bajamos a comer algo y a la piscina, para cuando lleguen nos vean con normalidad. Cuando estamos bañándonos, ella se acerca me agarra la polla y me dice mordiéndome la oreja, que todos los días quiere su ración de leche….
Por esto y por lo que aprendí este verano…
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