Me considero una incomprendida: por más veces que me expliquen algo, jamás consigo entender las cosas en su plenitud.
Para mi, la vida es como un puzle inacabado en el cual la pieza que falta -en este caso, yo- es incapaz de encajar con el resto. Puede que suene poco ético lo que digo, pero como ya he dicho, soy una incomprendida y eso quiere decir que ni yo entiendo al mundo, ni el mundo me entiende a mi. Considero que la vida es mucho más fácil así. ¡Querer entenderlo todo me parece de locos! Además, es mucho más interesante el ser un incomprendido, ya que siéndolo, uno se expone al anonimato. Me explico: la gente en general teme a aquello que le es difícil de definir, de entender. La gente no quiere involucrarse con gente «complicada», ya que a la gente en general, por más que digan lo contrario, le atrae lo fácil. Lo bueno del anonimato es que uno puede complicarse la vida sin tener que preocuparse en dañar las expectativas de los demás. El anonimato es libertad.
Deja un comentario