«Cualquier tiempo pasado fue mejor» es que ya lo dijo alguien, no me dispongo a dar una clase de literatura. Simplemente es eso, lo guardamos todo con esa falsa nostalgia,como si realmente sirviera de algo lamentarse. Y digo falsa nostalgia porque realmente no te deshaces de esos recuerdos, mientras posiblemente lleves una vida plena de la que te acordarás en cinco años y tambíen la echarás de menos.
Te acuerdas de cosas tontas, de las tardes de risas con las que fueron tus amigas o de los besos tímidos en un parque. Te acuerdas de esas personas que te hicieron ser lo que eres, o al menos eso crees, porque lo que realmente te hace ser tú es cómo reaccionaste, cómo lo viviste… Te aferras a tu falsa libertad para tomar decisiones siempre coaccionada por algo, aunque eso no lo ves, simplemente te recuerdas libre. Es como si al mirar atrás lo hiciéramos apretando un botón rojo que pusiera «borrar todo lo que no me gusta» y recordaras las risas,los abrazos… Y recuerdas las primeras veces, como algo mejor, los primeros besos,la primera vez que te enamoraste, y te callaste, para no parecer débil. La primera vez que te atreviste a decir «te quiero» o la primera vez que te entregaste en cuerpo y alma a algo, y a alguien.
Y miras tu vida con ojo clínico, como si todo lo que estás haciendo fuera peor o fuera menos importante,te levantas cansada y no ves aquella persona, siempre la ves más deprorable, menos brillante o simplemente más seria. No, desde luego no ves a la chiquilla que se ponía sus mejores vaqueros para una cita. Y posiblemente ahora, la tú del futuro, para esa misma cita se calzaría unos tacones tremendos y un vestido que la hiciera marcar sus fememinas curvas, y te aseguro que no se vería ni la mitad de guapa que se veía con esos vaqueros, que rosmpiste al engordar o que simplemente rompiste de tanto ponértelos. Ya no usarías el mismo maquillaje ni saldrías con tus rizos naturales a la calle, y aún así la echas de menos.
Y creo que nos pasa a todas, que nunca estamos satisfechas con nada, nos pasa a todas las que somos exigentes y realmente, la felicidad no llega nunca, porque te echas de menos.
No echas de menos a tu primer novio que te decía palabras sucias y te hacía sentir la mujer más sexy del mundo. Echas de menos simplemente sentirte por un momento la mujer más sexy del mundo, esa que se calzaba inteligencia y playeras, sonreía segura y no miraba si tenía una estría o las tetas más pequeñas. Simplemente se miraba y se sentía guapa. No echas de menos a tus amigas con las que hablabas de lo que serías (y posiblemente tu vida ni se le parezca a con lo que soñabas) , echas de menos tener a alguien en el que confiar ciegamente sin llegar a competir por nada, ni por un trabajo, ni por ser más guapa…
Y supongo que es eso, que aparece esa sensación y te vienes abajo, y te culpas de cosas que posiblemente no pudiste evitar por las circunstancias, o que fueron así para que llegaras a ser la mujer que eres,menos segura, pero más madura, y no se puede volver al pasado con más experiencia y menos complejos.
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